Víctor Marcano: Un maquero
sencillo y profundo
Por: Evaristo Marcano Marín
(Administrador
del Blog: Museo Virtual El Maco)
Si hay
una manera de echarle mano a la idea de “empinarse”, producto de un esfuerzo
sistemático y muy propio de la persona, esa idea cabe perfectamente en la
trayectoria de Víctor Marcano (+). Como
buen maquero, Víctor se empinó y mucho. Construyó y sacó adelante una bonita
familia conformada por la Sra. Modesta y sus cuatro hijos: Gladys, Víctor, Raúl y Marleni.
Fue
Víctor, una pieza básica para muchas mujeres en El Maco, que se ganaban la vida
recorriendo los pueblos de Margarita con una mara sobre la cabeza, vendiendo
sus mercancías. Víctor, fue un proveedor de las mareras maqueras, que veíamos
todas las mañanas esperar por un puesto en algunos de los carros que prestaban
sus servicios de transporte, desde El Maco hasta Porlamar.
Víctor
Marcano, como lo calificó Jesús Valerio (Chuíto) en un artículo publicado en
“Norte Franco”, fue un comerciante emprendedor. Siendo esta la manera como
Víctor Marcano sostenía a su familia para llevarla hacia adelante, no es esta la faceta que deseo resaltar de este importante personaje
maquero. Víctor fue en términos muy prácticos, un filósofo popular y un
creador, que se empeñó por transmitirnos que en la vida pesan o son muy
importantes los valores. Dejó una herencia familiar conformada por sus cuatro hijos, pero Víctor además dejó una obra escrita no conocida o no muy conocida,
que es un aporte importante a lo que pudiéramos llamar la ciencia de los valores
populares.
Escribió
en varios medios de comunicación (Bohemia, El Caribe, El Insular y La Hora).
Víctor Marcano Brito fue esencialmente, un escritor, que estuvo prestado por
muchos años a la actividad comercial.
Editó
por sus propios medios dos libros: “La Voz de la conciencia” y “Cuentos y Poesía”. Lamentablemente, no
pude ubicar ninguno de estos dos trabajos, que me hubiese gustado leer y
comentar. Sabía que Víctor Marcano tenía sus
trabajos producidos y me acerqué a unos de sus hijos (Víctor Marcano) y
le pedí que buscara en la casa de sus viejos y más tarde, en calidad de
préstamo, me entregó dos cuadernos artesanalmente preparados (encuadernados).
Uno
tiene por título: “Una Luz, un Camino y una Flor”. Este es un libro (no
editado) de cuentos y poesía. Este documento tiene 51 pequeñas historia, escritas en versos y en prosa. Tuve la
impresión, considerando algunos de estas historias, que varias de ellas eran
parte de una autobiografía. Hay muchas
historias, cuyo centro es un niño, y este niño hace puente con la naturaleza,
la bondad, la solidaridad, el amor y todo sentimiento humano profundo. Este
niño, que aparece en muchas de estas
historias, pudo ser el niño que fue ideando el Sr. Víctor, tal como él fue o como
se propuso ser. Sin embargo, esta es una
apreciación muy ligera, que debe verse con más calma.
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Foto: Una Luz, un camino y una flor |
En este
cuaderno o documento, podemos leer muchas historias. A manera de ejemplo;
comento una que Víctor tituló “La Princesa y el anciano”. Es una pequeña historia de un anciano llamado
Simeón con su perro Capitán. Simeón
vivía en el campo y los domingos se iba a la iglesia del pueblo. Estando en la
puerta de la iglesia, se le aparece la princesa Ana, que hace amistad con
Simeón. Ana lleva a Simeón a su mansión pero, no es la mansión ni los objetos
materiales de esa mansión, lo importante en esta pequeña historia. Lo
importante es la amistad entre el anciano y la princesa Ana. No
es la tradicional historia, en la cual la princesa deslumbra con su belleza y
su gran mansión. Simeón no queda deslumbrado por la mansión ni por las curvas
de Ana. Vuelve a su rancho en el campo y le canta a la princesa Ana: Anoche
soñé, princesa/ que eras la flor de un rosal/ pero estabas tan distante/ que no
te podía alcanzar.
El
anciano murió, pero antes de morir frente a Ana; Simeón le pidió por su perro,
y esta pequeña historia termina bajó el signo de la amistad entre Capitán y
Simeón. Ana se llevó a capitán a su mansión, pero el perro que entiende mucho
más de amistad que los humanos, todos los domingos va al cementerio a llevarle
una flor a Simeón.
Una
historia, que junto con otras, puede ser
fácilmente un libro de lectura en la Escuela Apolinar Figueroa Coronado.
Como libro de lectura, se permite interpretaciones y hay una importante y
significativa carga de valores en cada historia.
El otro
libro, tiene por título: “Te Regalo Esta Flor”. En este cuaderno, el Sr.
Víctor a través del cuento y la poesía, trabajó los valores de una manera muy
sencilla pero profunda. No es esta una
idea o temática, que apareció repentinamente
en este nuevo documento. El tema de los valores es un problema que se
hace presente en estos dos documentos, pero en este, el problema de los valores
es más central y más recurrente y lo trata en forma sencilla. El juego por
ejemplo, es como un anti valor. Una casa en tinieblas por falta de luz; es una
familia que puede vivir a oscuras por el vicio del juego. Puede vivir sin el
pan y en tinieblas. Hay una pequeña historia que se ubica en la décadas de los
años ochenta (siglo XX) y en un pueblo oriental, donde el juego de lotería y de
animalitos era muy utilizado por las familias para salir de abajo. Manuela, que es el personaje de esta
historia, deja a su familia un día sin pan por el juego y luego deja la casa en
tinieblas también por el juego.
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Libro: Te Regalo esta Flor |
También
está, la historia de dos amigos: Juan y Pablo. Víctor aborda
aquí, el problema del camino, que
siempre está presente en nuestras vidas.
“El camino del mal es ancho y de fácil acceso”. Es un camino que encandila y va
comprando consciencia. El otro camino es muy estrecho. Lleno de trabajo y
esfuerzos, pero lo importante son los resultados que reporta cada camino.
Atender
a una persona en dificultad, puede tener su recompensa material, pero ese
atender o darle la mano a alguien, no debe obedecer a ese fin, sino más
bien, debe ser el producto de una
siembra hecha con anterioridad. Al darle
la mano a una persona para ayudarla, ya es una cosecha de valores. Es un
compromiso con las personas que produce luego ciertas actitudes en los
otros, y surge así, el sentimiento (y el valor) del agradecimiento, la
lealtad y el cariño. Cuando ya esa persona que en un momento le tendimos la
mano, no está, deja vivo LA AMISTAD Y los recuerdos, que son dos manera de
oxigenar la humanidad que hoy está tan escasa.
La pequeña
historia “Un padre ejemplar” es un refrescamiento a un hecho único entre
nosotros, que muchos especialistas en el área de la sociología de la educación
abordaron. Estoy absolutamente seguro, que Víctor
no tuvo acceso a esta literatura y sin embrago, con sencillez pero con
profundidad, Víctor trata en “Un padre
ejemplar” este fenómeno de padres analfabetos o casi analfabetos que se
sacrificaron TRABAJANDO para llevar a sus hijos e hijas hasta la universidad.
Esto
que seguidamente resalto, no es una cosa que quiero decir, pero la digo
corriendo el riesgo de ser mal entendido; lamentablemente no conocimos a ese Víctor Marcano, y no pudimos aprovechar
esa humanidad pero, pienso, que todavía podemos.
Esto me
lleva también a reconocer que Jesús (Chuíto) Valerio desde su proyecto “Norte
Franco”, le dio un espacio al Sr. Víctor Marcano para ilustrarnos con su manera
sencilla, pero profunda, de poder ver la vida. No pude tener acceso a las
ediciones de “Norte Franco”, pero se le agradece a Chuíto su trabajo y su
empeño.
Estimado Evaristo, recibe un cordial saludo, quedé muy conmovida el día de hoy, por el artículo que le realizaste a Paíto: Victor Marcano un maquero sencillo y profundo; en el Cielo, el debe estar muy contento con tu homenaje; pero, también algo triste, porque le borraste de un plumazo su hija menor.
ResponderEliminarPaíto y Maíta tuvieron cuatro hijos: Gladys, Victor, Raúl y Marleni.
Agradezco tu labor y el tiempo que dedicas a la investigación de los artículos que publicas.
Un gusto saludarte. Marleni Marcano