Nuestra Escuela: Una anécdota más, mezclada con otras

En la edición anterior, el paisano, amigo, primo y colaborador del Blog,  NELSON VELÁSQUEZ nos entregó una hermosa parte de la historia de nuestra escuela. El momento de la  casa de Gualberto Rojas y la famosa Güiria. Antes de llegar al sitio donde finalmente hoy está, es posible que haya recorrido varios espacios y su historia esté llena de personajes y puntos  claves  como el de la campana. Muchos en mi época, estuvimos tentado a sonar la campana, pero estas ganas desaparecían al imaginarnos al maestro Cándido Sánchez (+) , venir hacia nosotros con su famosa regla, esa que tenía preparada para los ensayos del Himno Nacional y utilizarla, cuando  alguien usaba incorrectamente yugó en vez de yugo.

Foto Aportada por Luis Ernesto Marcano Carrión


Es una historia que sería bueno rescatar porque muchos y muchas tenemos un pedazo de vida pegado  a esa escuela.  Seguro, que hay por ahí un día del árbol que se nos quedó pegado en el corazón. Hay por ahí un día de canciones en el aula, que guardamos con cariño y seguramente, muchos guardemos un regaño de Jesús Cacho (+) y de Chela (+), que fueron como dos grandes cuidadores y celadores de esa gran escuelita.
Hoy quiero detenerme en el momento de transición desde la casa de Gualberto Rojas a la nueva sede. Hubo un momento en esa transición que deseo colocar en nuestra memoria. Vale la pena refrescar parte de esa transición.
Foto Aportada por Luis Ernesto Marcano Carrión


El sitio primeramente escogido para la construcción de la escuela no fue donde finalmente construyeron la escuela (concentración, como se le llamaba). El sitio escogido inicialmente fue lo que es hoy “El Colorado” justo por donde están las casas de José y Crisálida (+)  Mirta, Alfredo, Arelys, Lilia (yiya) y otras viviendas más. En ese lugar se realizaron los primeros movimientos de tierra (con las llamadas cuchillas)  y posteriormente se cambio de sitio.  Se tomó luego el espacio o terreno donde  finalmente se construyo.
Supongo que una de las razones que movió al cambio de sitio, fue algún reclamo realizado por la comunidad de Maco Abajo, que pensó (con alguna razón ) que el lugar llamado luego “El Sitio” y después El Colorado, quedaba muy retirado de la comunidad Maco Abajo. Es una suposición que contrasta un poco con lo que fue el primer dispensario del pueblo que estuvo ubicado en Maco Arriba, justo a la entrada o una de las entradas del el sector El colorado.
El maestro de obra fue José (Pepe) Reimundi (+). No estoy muy seguro, pero creo que hubo jornadas de trabajo voluntario. No toda la construcción  de la obra fue con trabajo voluntario, pero hubo jornadas de ese tipo.
Una vez desechado este terreno, pasó a  ser luego “El sitio”, que fue usado como terreno para jugar  beisbol y empinar voladores. Ahí comenzábamos algunos a empinar nuestros voladores para luego subir por un caminito con el volador ya empinado (volando) hasta el cerro de la cruz.
Ese terreno que se llamó primeramente "El Sitio", también se llenó de muchas historias. Hay una muy famosa de Bonifacio (Fachito) Carrión y su hermano Geyne (+), donde intervino su papa; el señor Bonifacio Carrión (+). Fachito y Geyne eran los que tenían guantes (wilson)  y eso le daba la opción de jugar y estar en las posiciones que querían.  Una vez, Fachito decidió´jugar como picher y Geyne como "quecher".  Se jugaba casi de manera clandestina y para esa época, había un picher muy famoso en Margarita, como lo fue el maquero Angel Custodio Díaz, cuyo apodo era LONCHO.
Geyne le gritaba a Fachito, "vamos Loncho", "por aquí Loncho". En un descuido,  aparece el Sr Facho y le quita la mascota a Geyne y le grita a Fachito: "Por aquí Loncho". Se acabó el juego. 




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