Del Cuchivano al Estadio Universitario de
la UCV para lanzar un No Hit No Run
(Un montón de recuerdos y personajes surgen en esta historia)
Respuesta Nelson Velásquez
(NV): Durante mi
época, NO existían las opciones de
elegir por una actividad deportiva en particular, o jugabas pelota, o jugabas pelota. Era muy corriente ver
en las calles de nuestro querido Maco a niños jugando pelota hechas por uno
mismo con los recordados “vasos de
cartón de cerveza”, así le decíamos, que eran vasos muy fuertes, también
usábamos un “limón verde” como
pelota; algo más sofisticado era ya la “pelota
de goma”. Recuerdo que los muchachos del Rincón del Perro: Justino (+); Gil
el de Manuela (+); Cruz del Valle (+), el de Morocha; Hernán, Abilio y Agustín,
hijos de Rita; Lírico (+) el de José Marcano; José Amador (Chamador) (+) el de
Tomasa; Chindito el de Quintina y mi persona, liderados por Ramiro el de Manuela y por su hermano Victor,
sacamos 2 equipos llamados “Taca” y “Avensa” y jugábamos en un terreno que acondicionamos, ubicado vía
el botadero, frente al conuco de Horacio.
Después nos mudamos a jugar Pelota de Goma en el Camino Real, en el espacio rodeado por la
bodega de Federica, la casa de Carlos Ramón Rivero, la Alcantarilla, la bodega de María
Dolores y la casa de Pedro Pango. Recuerdo que los Sres. mayores de la época se
sentaban frente a la bodega de Federica para vernos jugar.
Luego, fuimos al Cuchivano pero, jugábamos en
un terreno pequeño ubicado hacia el righfielder de lo que hoy es el Estadio de Beisbol. El
Home quedaba cerca de las puertas de los conucos de Horacio y Pablo Marcial y, el outfielder, orientados hacia la entrada
del Cuchivano. En ese nivel ya jugábamos con pelota que tenía en su interior un
mingo y que forrábamos con adhesivo
blanco.
Finalmente, ya a la edad de 13 a 14 años, nos
mudamos al terreno grande, el propio Cuchivano; allí, el grupo de jugadores era
mayor, integrado por todos los jóvenes amantes del beisbol. Puedo nombrar,
entre tantos, a: Justino (+), buen Outfielder y además zurdo; mi
hermano Gruber, tremendo Catcher y
buen bate; Hermes Ríos (+), excelente Short Stop y muy rápido; Lorenzo Ríos (Chicho), buena 2da. Base;
Luquita (+), buen Careta, lo heredó de sus hermanos Jesús y Basiliso; Saúl Marcano, 1ra. Base; Hamilton Carrión, también 1ra. Base; Nildo Carrión, Pitcher; Balmore González (+), buena 2da. Base; Gil
Quijada (+), 3ra. Base; José el de
Horacio; Enrique Valerio, Clodomiro Brito, Rosauro y muchos
otros.
El grupo antes nombrado corresponde a los mi
generación, ya que hubo otros peloteros destacados entre los que menciono:
Custodio, Aristides, Graciano Brito (Chano), Nery Valderrama, Beltran
(Morocho), Alí el de Mamerta, Jorge el de Julita, que estaban en otro nivel. Sin duda que
nuestra generación de peloteros tuvo
inspiración en los mayores que integraron los equipos “Centro Cultural Bolívar”
y “San Lorenzo”, que muchas glorias
le dieron al Maco.
EMM: ¿Tuviste en esos inicios un Guante de
Beisbol?
NV: NO, hermano, para esos momentos usábamos
guantes de lona, hechos con maestría tal que nos permitía capturar la pelota
con mucha seguridad. Los guantes de lona tenían la forma de una Mascota,
diseño que obligaba meter el dedo pulgar por un espacio y los
cuatro dedos restantes por el otro. Sin embargo, había quienes tenían guantes
de beisbol y obligatoriamente teníamos que ponerlos a jugar, de lo contrario,
se llevaban su guante.
EMM: ¿Cómo
lograban tener bates, caretas y pelotas?
NV: En principio, los Bates eran hechos por
nosotros mismos con palos de Cuica, Guayaba
y Yaque, dada su consistencia para golpear la pelota; la
Careta, brillaba por su ausencia,
ese implemento no existía en nuestro grupo; a veces improvisábamos una
Careta con cabillas dándole forma arqueada, con alambre tejido por el
frente y forrado en su alrededor con
tela. Muy particularmente he admirado a Luquita y a mi hermano Grúber por tener
la valentía y el coraje de ponerse detrás del Home a recibir lanzamientos del
pitcher sin protección alguna, ya que aparte de la Careta tampoco usaban Chingalas,
ni Peto, ni Copa
para protección de los genitales. Las
Pelotas eran forradas con adhesivo o cosidas a mano con cuero,
manteniendo el molde de una pelota Wilson.
Ya en la etapa juvenil, si disponíamos de Bates, Caretas y Pelotas con
costura lo que nos permitía la práctica del beisbol adaptado a los nuevos
tiempos y con cierta comodidad.
EMM: ¿Por qué
decidiste por la posición de pitcher, hubo una sugerencia de alguien?
NV: Para la época,
los que jugábamos a la pelota nunca fuimos a una Escuela de Beisbol ni tuvimos orientadores para colocarnos en
posición alguna; cada quien
desarrollaba sus condiciones naturales en
la posición que ocupaba; recuerdo que todos querían jugar en el “infielder”,
lo que llamamos el “cuadro”. Decirle
a alguien que le tocaba jugar en el “outfielder” era una ofensa, y si le decían
que iba a jugar el último field (Righfield) peor todavía, se sentía
menospreciado. Sinceramente no teníamos claro el concepto de las posiciones. Hoy por hoy el jugador mejor pagado en las Grandes Ligas juega Righfield, su nombre, Giancarlo Stanton,
de los Yankees de Nueva York.
Inicialmente comencé jugando Short Stop, luego, me
interesé por la posición de pitcher. Recuerdo muy bien que en mi primer intento
como Pitcher di 3 bases por bolas y luego me salvó un triple play; para el
inning siguiente me sacaron. Pero, hay un dicho que dice: “el que persevera
vence”, seguí insistiendo en la posición y pude desarrollar la “Curva” y el “Slider”,
aunado a la velocidad de mis lanzamientos y un control impresionante; donde el Cátcher
me pedía la pelota , ahí la ponía. Luego vinieron los intercambios con pueblos
vecinos: Los Millanes, Los Hatos y La Vecindad. En El Maco se formaron 2
equipos, Los Blancos “AD”, de Maco
Arriba y los Amarillos “URD”, de Maco abajo; Nildo, Balmore y Yo jugábamos para Maco Abajo
y cuando me tocaba lanzar, siempre ganábamos.
La noticia de mi condición de Pitcher se corrió, y en 1961, contaba Yo con 17 años, hubo un Campeonato Estadal Juvenil que se celebró en el Estadio Guatamare de Porlamar; y fui invitado por “Morocho”, esposo de la maestra Teresita, de
El Norte (vivían frente al Dispensario) para un chequeo en el estadio de esa
localidad, la prueba fue pichar por espacio de 5 innings a un equipo Clase “A”
en ascenso y fui seleccionado para jugar con el equipo “Incret”. Dos días después, fueron al Maco Jóvito Rodríguez y Omar
Marcano, de los Millanes, para invitarme
a integrar el Equipo “Polar” pero,
no pude aceptar, porque ya me había comprometido con el Sr. Morocho.
De ese Campeonato Estadal
me quedó una gran experiencia y viví momentos muy especiales; me impactó mucho
el cambio de jugar en un terreno con desniveles y hasta retoños de matas, a un
estadio dotado de todas las facilidades para eventos profesionales.
EMM: ¿Cómo llegas
a lanzar un “No Hit No Run” en el Estadio de la Universidad Central de
Venezuela, Caracas?
NV: Habiendo
culminado el Bachillerato, llega el momento de ingresar a la Facultad de Economía de la Universidad
Central de Venezuela (1965), época en la que estudiaba de noche, trabajaba
durante el día y practicaba deporte los
fines de semana. Luego me enteré de que existían los torneos de “Beisbol Inter-Facultades” donde participaban equipos con peloteros que
tenían experiencia en categorías “Juvenil”
y “Doble
A”; enseguida me puse en contacto con
el Coordinador de Deportes de la Facultad, quién me invitó a las prácticas y
viendo mi desempeño aprobó mi ingreso al equipo de Economía. A decir verdad, el
equipo era un “Trabuco”, como
decimos en el argot beisbolero, y siempre quedaba
campeón. Recuerdo que el equipo tenía 4 Pitcher que eran la clave del triunfo:
Un Cumanés de apellido Patiño, Antonio (Toño) Velásquez, de Anzoátegui (era
Catcher y lo convirtieron en Pitcher, por la velocidad de sus lanzamientos), un
Monaguense, cuyo nombre no recuerdo, le decíamos “El Mono” y mi persona.
Llegó el 20 de
Abril de 1969, contaba para entonces con 24 años de edad, cuando me tocó pichar un
juego ante la Facultad de Medicina y pasó lo que cualquier pitcher anhela, lanzar un juego sin HIT y sin CARRERAS; fue un momento muy emocionante donde mis
compañeros me pasearon en hombros y recibí felicitaciones de Pompeyo Davalillo, piloto de los
equipos de la Universidad Central de Venezuela; al día siguiente la reseña en
los periódicos El Nacional y El Universal sobre el No Hit, No Run
Recuerdo que un solo jugador pisó la 1ra. Base por
boleto, y fue el Millanero Alcibíades Millán, que alineó como 3er bate y le
piché incómodo porque ya lo conocía cuando jugamos el Juvenil Estadal en
Porlamar, era buen bateador.
EMM: ¿Cómo fue tu desarrollo en el
beisbol?, ¿A qué edad te
retiraste?
NV: Después del No Hit No Run, Pompeyo Davalillo me
invitó a integrar el equipo de beisbol de la UCV, petición que no pude cumplir
por cuanto me exigían asistir a prácticas durante la semana y Yo trabajaba en
el Banco Obrero. Durante mi estadía en Caracas, jugué beisbol para varios
equipos: Los Doctores, Pilotaje, MOP
(Balbino Inojosa, gloria del Salón de la Fama de Venezuela, fue mi manager)
y Banco Obrero; jugando en los estadios: Chato Candela, del
23 de Enero; Vista Alegre (allí conocí a Vidal López, gloria del deporte
venezolano) y la Guairita, de el Cafetal. Más tarde incursioné en el Soft Ball,
disciplina que he practicado por muchos años.
El retiro de la pelota aún no ha pasado por mi mente. A escasos 3 meses
de cumplir 73 años, me mantengo activo practicando los jueves de cada semana,
en Barcelona, con el equipo
“Profesores”; soy pitcher y juego cualquier posición del Infield. Siempre estoy
participando en torneos Inter-Empresas y en Caimaneras.
Nota del Entrevistador: Su manager o apoderada, Eunice de Velásquez no ha dejado de estar con él. No hay cambio a otro equipo que no sea el de ella. Ni se compra ni se vende, como decía la canción que cantaba Memo Morales
Nota del Entrevistador: Su manager o apoderada, Eunice de Velásquez no ha dejado de estar con él. No hay cambio a otro equipo que no sea el de ella. Ni se compra ni se vende, como decía la canción que cantaba Memo Morales
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