¿Quién fue la Maquera que nació el día de
los Santos y nunca le prendió una vela?
Por: Rómulo Ismael González Ríos
Tatá o mamá Santo, nació en “El Maco” el 01/11/1892.
Justamente el día cuando los católicos celebran el día de los Santos. Sus
muchos nietos y nietas, tenían diferentes formas de llamarla con cariño y
afecto. Unos la llamaron “Tatá”; Otros “mamá Santo”. Su nombre fue
Francisca y aunque su primer nombre era
ese, todos en el pueblo la llamaban,
desde muy temprana edad “Santo”.
Eugenio Salazar o el compay “jeño”, como también se le
conocía, era de la idea, que debía ser “Santa” por ser hembra. ¿Qué es eso de
Santo? No, no …… Santa por ser hembra repetía el Sr. Eugenio, que también le
llamábamos Eugenio “T”.
Para esa época, cuando Francisca ya despuntaba como una
señorita, Margarita era frecuentada por evangélicos norteamericanos, los cuales
pastoreaban por “El Maco”. A través de
este contacto; mi abuela. Francisca ve a Jesús como su salvador. Se convierte
en evangélica.
Contrae matrimonio por el evangelio con Pascual González.
Supe a través de lo que me decía mi
abuela, que Pascual era un hombre alto y de ajos azules. Siempre nos decía que
se sentía orgullosa de haber tenido por esposo a un hombre bizarro, que es igual a decir, como se acostumbraba
antes: un hombre muy aseado. Esa
expresión de “muy aseado”, se usaba para calificar a alguien como buen mozo
Me dijo “mamá
Santo” o “Tatá” que Pascual se entregó al evangelio y por eso sus hermanos
dejaron de tratarlo. Nunca, me decía mi abuela, sus hermanos aceptaron el
matrimonio con una negra y evangélica.
Francisca de los Santos Rojas Coello, que era el nombre
completo de mi abuela, dio a luz 4 hijos y los dos primeros murieron (Ramón y
Efraín) y los otros dos fueron Ismael e Isaac.
Los hermanitos González recibían de sus tíos todos los
días un litro de leche, aun cuando no tenían trato con Pascual.
Francisca de los Santos Rojas Coello fundó en El Maco una
iglesia evangélica y el primer bautizado
en esa iglesia, fue su hijo Ismael. Una muestra que afirma, que nuestras
creencias se instalan como ejemplo, en
casa.
Santo, mamá Santo
o Tatá como le decimos sus nietos y nietas, también trabajó en la
creación de la iglesia de “El Tirano” al lado de su prima Estilita y
Gaspar. En todas partes citaba las escrituras y no sabía leer ni escribir.
Mamá Santo me contó, que cuando Ismael e Isaac eran muy
niños muere Pascual y nos decía que sufrió mucho. Vio las verdes para mantener
a sus dos hijos y lo más cruel de esto (según me contaba mamá Santo), fue que
los hermanos de su esposo no asistieron al entierro y dejaron de enviarles a
sus dos sobrinos el litro de leche que diariamente le daban. Después le toco
ver las maduras con sus dos hijos y nietos.
Tuvo que dedicarse a criar a sus dos hijos, que se casaron y formaron su familia. A una edad muy avanzada la vi ir perdiendo su
memoria. Mi papá nos decía entre
tristeza y resignación, que a mamá santo, se le estaba estirando la cadena de
tiempo. Y nos decía también, que ese modelo no tenía repuesto.
En 1980 muere Tatá o mamá Santo. Fue sepultada en “El Maco” y por respeto a su deseo, a su condición de mujer
evangélica y a lo que pautaba la Biblia, su tumba es la única que no tiene
cruz. Sólo tiene su nombre y el salmo 23. Muere primero mi tío Isaac y luego mi papá, que fueron
ubicados en esa tumba.
Una cosa muy curiosa, mamá Santos me decía que de su
tumba, ella esperaba ser levantada con la llegada de Jesús, sin embargo fue
exhumada con Ismael y los restos de
ambos, fueron colocados en una urna común, cosa que nunca pensó en vida que
podía ocurrirle.
De la descendencia
“Gonzalera” de aquella época, el único evangélico que he conocido fue el
eminente oncólogo Modestos Rivero González, que también nos dejó físicamente
hace poco.
Todo esto que acabó de relatar, me lo contó mi abuela,
cosa que a mi papá nunca le gustó escuchar. Cuando mamá Santo se tomaba su
tiempo para contarme estas historias a mi papá no le gustaba y decía en voz alta:
“Ya mamaoó”. “Ta bueno santoó”.
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